Planes de comidas ayurvédicas para amantes del yoga

Conoce tu dosha: el mapa nutricional de tu práctica

Vata agradece caldos tibios, dulzor natural y especias suaves; Pitta busca frescor, amargos y cilantro; Kapha necesita ligereza, picante amable y cocciones secas. Observa tu piel, digestión y energía diaria, y ajusta cada bocado con paciencia.

Tiempo y porción ideales

Come algo ligero entre 60 y 120 minutos antes: media taza de granos cocidos, fruta suave o un batido templado. Evita lácteos pesados y crudos excesivos. Escucha tu respiración; si se acorta, la porción fue demasiado grande.

Hidratación inteligente sin exceso

Toma pequeños sorbos de agua tibia o infusión de jengibre treinta minutos antes. Evita tragar grandes volúmenes justo antes de las inversiones. Añade una rodaja de limón si tu Pitta está tranquilo y necesitas un despertar amable.

Ejemplo rápido: pre-yoga matutino

Pudin tibio de chía con leche vegetal templada, dátil picado y toque de canela. Acompaña con dos almendras remojadas. Te da energía estable, no pesa, y tu perro boca abajo agradecerá esa liviandad deliciosa.

Después del savasana: recuperación que nutre el alma

Proteínas ligeras y carbohidratos completos

Prueba dal de lentejas rojas con arroz basmati, o tofu a la plancha con quinoa. Aporta aminoácidos sin pesadez. Añade verduras cocidas y ghee moderado si necesitas sostén extra. Observa cómo se suaviza la recuperación muscular.

Kitchari restaurador: abrazo en un cuenco

El kitchari, mezcla de mung dal y arroz, equilibra los tres doshas. Con comino, cúrcuma y jengibre crea calor digestivo amable. Es ideal tras prácticas intensas o días fríos. Comparte tu versión favorita y tu toque secreto.

Ritual digestivo para cerrar la sesión

Siéntate un minuto, respira profundo y toma pequeños sorbos de agua tibia. Agradece los ingredientes y tu cuerpo. Ese gesto calma el sistema nervioso, enciende el agni con suavidad y prolonga la claridad de tu savasana.

Especias que elevan el prana

El jengibre calienta y mueve; la cúrcuma desinflama y da color; el comino afina la digestión. Úsalas en ghee templado para liberar aceites. Si eres Pitta, baja la llama; si eres Kapha, deja que chisporroteen un poco más.

Especias que elevan el prana

Mezcla cilantro molido, hinojo, cardamomo y una pizca de cúrcuma. Aromático, equilibrante y claro. Espolvoréalo sobre verduras salteadas o una crema de calabaza. Notarás concentración serena sin nervios, ideal antes de pranayama.

Ritmos estacionales: comer con la naturaleza

Opta por sopas claras de verduras verdes, espárragos y jengibre. Reduce lácteos y harinas pesadas. Integra amargos suaves como rúcula. Camina después de comer y sentirás cómo tu respiración en Ujjayi se abre sin esfuerzo.

Ritmos estacionales: comer con la naturaleza

Prefiere ensaladas templadas, coco rallado, pepino y cilantro. Usa lima en lugar de vinagre. Evita picantes intensos y frituras. Infusión de menta tibia, no helada. Tu mente agradecerá la calma durante meditaciones vespertinas.

Tu semana ayur-yóguica organizada

Lunes ligero, martes reponedor, miércoles verde, jueves especiado, viernes reconfortante, sábado experimental, domingo restaurativo. Mantén desayunos constantes y rota cenas según tu práctica. Esa cadencia crea estabilidad sin aburrimiento.

Tu semana ayur-yóguica organizada

Cocina una olla de legumbres, un cereal y dos salsas base el domingo. Guarda porciones en frascos. Así, tras clase, ensamblas platos en minutos y evitas decisiones impulsivas. Tu esterilla verá más constancia y menos excusas.

Respira antes del primer bocado

Tres respiraciones nasales, hombros sueltos, mirada suave. Nombra mentalmente los ingredientes y a quien los cultivó. Esa pausa reduce ansiedad, coordina agni y te prepara para sentir sutilezas, como cuando entras en equilibrio en árbol.

Texturas, temperaturas y silencio amable

Observa cómo cruje, cómo se desliza, cómo perfuma. Alterna tibio y templado, nunca extremo. Deja el móvil lejos. Notarás saciedad con menos cantidad y más alegría, la misma que aparece al sostener una inhalación luminosa.

Cierra con una intención sencilla

Al terminar, agradece a tu cuerpo por transformar alimento en movimiento y calma. Toma un sorbo de agua tibia y sonríe. Cuéntanos tu frase de cierre favorita, para inspirar a otros yoguis en su mesa cotidiana.
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